Comarca del Valle del Ambroz
Comarca del Valle del Ambroz. La localidad cacereña, casi salmantina, suma dos encantos de un golpe: el de los pueblos de montaña y el que ha dejado el paso del tiempo plasmado en su arquitectura e idiosincrasia.
Hervás transporta a una Ă©poca en la que judĂos y cristianos –y luego, conversos y cristianos– cincelaron dĂ©cada a dĂ©cada, siglo a siglo, este municipio.
Hervás es conocido por su barrio judĂo y con mucha razĂłn. Cuenta con una de las juderĂas de España mejor conservadas, formando parte de los 19 municipios con los barrios más espectaculares de estas caracterĂsticas.
Sus habitantes ni podĂan olerse –allá por el siglo XV, cuando a nuestros Reyes CatĂłlicos se les ocurriĂł expulsar a todos los judĂos por orden de la InquisiciĂłn–, el turismo que moverĂa siglos despuĂ©s la disposiciĂłn graciosa de sus casas. Tras más de 500 años, sumamos a las pinceladas histĂłricas las maravillas de esta y otras zonas de la localidad.
CĂłmo llegar
Llegar al pueblo cacereño escoltado por la sierra puede ser una odisea.
Fácil desde Plasencia o Salamanca, pero para los amantes de la montaña –y para los que no, tambiĂ©n– atravesar el Puerto de Honduras si se está en el Valle del Jerte tiene una belleza añadida porque pese a la estrechez y el bailoteo de la carretera hay tres momentos clarĂsimamente diferenciados en este paisaje que bien merecen el paseo. Uno, subiendo desde el Jerte con las montañas ligeramente teñidas de blanco y la vĂa rodeada de árboles desnudos por el invierno componiendo un paisaje temporalmente descarnado.
En la cima del Puerto de Hondura
Ya en la cima del Puerto de Hondura, a 1.440 metros de altitud, la impactante llanura de la silenciosa cima nevada (ojo, que si está muy nevado puede estar cerrado o puede ser necesario el uso de cadenas).
Y por último, el descenso hasta Hervás, un túnel de castaños que sombrean el camino y dejan ver aquà o allá alguna garganta descendiendo la colina. Estos poco más de 30 kilómetros, que se recorren en menos de una hora, ya abren el apetito viajero.
Comarca del Valle del Ambroz. Una vez en el pueblo de orĂgenes templarios, la mejor organizaciĂłn es la que le va bien a uno mismo, sin embargo, nosotros os proponemos una forma sencilla y completa de recorrerlo.
Por la mañana, su juderĂa -que fue considerada por GuĂa Repsol Mejor RincĂłn 2013– para perderse por sus calles estrechas y remontarse a otras Ă©pocas. Primero porque estando fresco es más fácil subir y bajar las cuestas del barrio, silenciado por la ausencia de coches y con la magia conservada en buena parte por esto; pero tambiĂ©n porque la luz es perfecta para las fotos, especialmente cuando desciendan hasta el rĂo –no hay perdida el barrio cae de forma natural sobre Ă©l– y quieran llevarse esa imagen de Hervás desde abajo, con la iglesia de Aguas Vivas en lo alto de la estampa. Hay que cruzar el puente de la Fuente Chiquita, del siglo XVI, que fue en otros tiempos la Ăşnica entrada a la localidad cruzando el rĂo Ambroz, que da nombre a todo el valle en el que se ubica el pueblo.
Historias de un sacristán Valle del Ambroz
En la juderĂa, es deber de todo viajero prenderse de los pequeños detalles que hacen de este lugar un sitio Ăşnico: las callejuelas por las que solo cabe una persona, las escalinatas que bajan o suben hasta rincones escondidos o
placitas donde las casas se amontonan unas encima de otras, esas puertas que no superan el metro de altura, la madera o las tejas que predominan en las casas, entre otras muchas cosas.
«Vamos a ver la vivienda popular de la zona, humilde, que utiliza para su construcción los materiales del lugar: el adobe, con maderas de castaño, los entramados, las casas encaladas en blanco, etc.
En las paredes hay dispuestas tejas cerámicas árabes para evitar las inclemencias del tiempo, es una construcción muy inteligente», explica la técnico Esther Aragón Serrano, de la Oficina de Turismo.
Las leyendas del Valle del Ambroz
Algunas con una pizca de verdad, salpican los rincones de la zona y si uno está atento, las paredes gastadas y estrechas -extremadamente angostas algunas- susurran cuentos antiguos como el del joven cristiano que se enamorĂł de la hermosa hija de un judĂo influyente y pasaba por el rĂo para encontrarse con ella «por casualidad» cada dĂa.
TambiĂ©n se puede atravesar ese callejĂłn donde las parejas se escondĂan para comerse a besos. Para descubrirlo todo sobre la juderĂa hay visitas guiadas a las 12 del mediodĂa de lunes a sábado (preguntar en la Oficina de Turismo).
Iglesia en el Valle del Ambroz
Coronando el entramado de vĂas, se encuentra la iglesia de Santa MarĂa de las Aguas Vivas, cuya muralla data del siglo XIII, y desde donde se ve Hervás desde lo alto de su torre con las montañas rodeándola y, ahora, con la belleza de la nieve chorreando por sus picos.
(Nota: Foto espectacular para Facebook, ¡apunta!)
Para conocer los detalles de esta iglesia y la que se divisa justo enfrente y que está al final de la juderĂa, la de San Juan Bautista, Sebastián Neila ofrece una visita guiada los sábados a las 5 de la tarde.
Comparando a los santos o las esculturas con Ronaldo, Messi o Montoro, por ejemplo, el sacristán, metido a guĂa turĂstico, se sirve de cualquier
personaje de rabiosa actualidad para atraer la atención de su público y que sus oyentes entiendan la historia del retablo que tienen delante o el milagro que está contando.
HospederĂa del Valle del Jerte
Justo en esa plaza, donde se encuentra el templo de San Juan Bautista, está la ‘HospederĂa del Valle del Jerte’, antiguo convento rehabilitado por la Junta de Extremadura y cuya planta baja se puede visitar aunque uno no se hospede ahĂ (recomendado).
Suelen albergar además exposiciones temporales.
Y a menos de 200 metros de esta plaza se llega a las vĂas del antiguo ferrocarril, cerrado en los años 80, que pasan por el puente de Hierro transformado en un mirador que ofrece otra perspectiva de Hervás mientras se escucha el arrullo del agua.
Unos siete kilómetros más allá, para los que se animen con el senderismo, se encuentra la cascada La Chorrera, una maravilla natural que llega a congelarse en invierno.
Un entorno para quedarse
Regresando a la calle Pizarro, «que está llena de bares, y es donde se tapea ahora», confirman desde Turismo, se puede hacer una parada para picar algo.
«Para comer son muy tĂpicos los mesones con carnes a la brasa».
Y se puede comprobar in situ: a la hora de comer el olor de las parrillas se extiende por la juderĂa como una llamada silenciosa a la mesa. Si apuesta por permanecer dentro del barrio más emblemático de Hervás, en ‘SĂ©samo Comidas Caseras’ podrás degustar esas carnes en un ambiente agradable, donde se mezclan los toques clásicos de la arquitectura reforzada con madera con unos toque más modernos en la decoraciĂłn de paredes y lámparas; algo que han sabido trasladar tambiĂ©n a su carta. Sus croquetas de morcilla, sus carrilleras o su solomillo, todo un acierto. Fuera de la juderĂa, recomiendan tambiĂ©n el restaurante ‘Nardi’.
Ya por la tarde si se viaja en otoño o invierno (en verano está cerrado por las tardes), el Museo Pérez Comendador-Leroux, orgullo del pueblo, merece la pena una visita y además es gratuito.
AllĂ cuentan la historia de PĂ©rez y su mujer, artistas viajeros y reconocidos, mientras das un paseo entre sus obras que comparten espacio con artistas extremeños contemporáneos. Si viaja con niños –o te gusta el mundo automovilĂstico– tambiĂ©n recomiendan los hervasenses visitar el Museo de la Moto y Coche Clásico.
Rutas senderistas en el Valle del Ambroz
Comarca del Valle del Ambroz. El entorno de Hervás, si se va a pasar más de un dĂa en la localidad, es un deleite para montañeros, senderistas o urbanitas, que prefieran ir de pueblo en pueblo.
Las rutas verdes son muchas y pasan por bosques de castaños, gargantas, rĂos o pantanos. A escasos kilĂłmetros está Baños de Montemayor, mĂtico por sus termas romanas; a unos 30 kilĂłmetros, en el embalse de Gabriel y Galán con Granadilla, un pueblo abandonado; y tambiĂ©n las ruinas romanas de Caparra. Todo son buenas opciones en el Valle de Ambroz, atravesado por la VĂa de la Plata.
Por Ăşltimo, y para sacarle todo el jugo a Hervás, conviene recordar que es famoso por sus fábricas de pieles, sus muebles de castaño o el trabajo de cesterĂa.
Comarca del Valle del Ambroz
Con poco más de 4.200 habitantes, su producciĂłn y economĂa sigue de alguna manera vinculada a esos mercaderes judĂos que un dĂa habitaron esta villa, donde se mantiene vivo el pasado aunque con una visiĂłn renovada, como revela la calle de la Amistad Judeo-Cristiana.