
Análisis Retrospectivo del Carnaval Jurdanu en Tiempos de Cuaresma (III)
@utor: Félix Barroso Gutiérrez.
Explora el análisis retrospectivo del ‘Carnaval Jurdanu’ durante la Cuaresma, destacando su evolución, acuerdos históricos y su declaración como Fiesta de Interés Turístico Regional en Extremadura.
Introducción al Carnaval Jurdanu
Hoy, penúltimo día del mes de marzo, clavados están en el almanaque los nombres de Santa Osburga y Sán Zósimo de Siracusa. Ayer por la tarde, en mis correrías tras las huellas de los que, en épocas prehistóricas o plenamente históricas, nos precedieron, oí cantar al cuco. Se ha adelantado unos días, que el viejo refrán de por estas latitudes dice: ‘abril abrilucu, el mes del cucu, pol el día lluevi y, pol la nochi, enjutu’.

Pero el adelanto es buena señal: ‘cucu que en marzu canta, primavera con ganancia’; pero, ¡ojo!, que, si no canta ni en marzo ni en abril, el horizonte se presenta más que negro: ‘cucu que no vieni ni pol marzu ni en abril, ¡Dios mos ampari!, es que la cuca s,ha muertu o vendrá un añu ruin’. El caso es que seguimos en Cuaresma y el deber nos llama. No es otro tal deber que saltar al tercer capítulo de nuestro análisis retrospectivo del ‘Carnaval Jurdanu’.
Acuerdos y Compromisos de 1991
Decíamos hace dos días que, en el año 1991, se sellaron una serie de compromisos acerca de la marcha del mentado festejo entre los alcaldes jurdanus que ejercían su mandato en dicho año y varios miembros del grupo ‘Estampas Jurdanas’. Testigos son los que viven, tanto por una como por otra parte, de los acuerdos firmados: el ‘Carnaval Jurdanu’ pasaba constituirse en una fiesta de toda la comarca natural de Las Jhurdes.
El pueblo jurdanu de La Peja, al haberse unido a la mancomunidad de Tierras de Granadilla por motivos netamente políticos, según las referencias que tenemos, no queriendo saber nada de su comarca natural y administrativa (no los vecinos, sino parte de la corporación municipal de aquel tiempo), quedó fuera de los acuerdos.

Esta pacíficos ‘sediciosos a la violeta’ puede que desconozcan que su pueblo, La Peja (en castellano, La Pesga), fue desde su orígenes una aldea perteneciente al concejo jurdanu de ‘Oveia’, cuyo Consistorio se hallaba en el actual pueblo de Ribera Oveja. Referida fiesta pasaba a ser rotativa por las alquerías de los concejos, siguiendo el orden correlativo de mayor a menor número de habitantes.

La Fiesta Rotativa y sus Rituales
Cada año se celebraría en una alquería de diferente concejo. El día señalado para llevar a cabo tales rituales carnavalescos fue el ‘Sábadu Gordu del Entrueju’. La fecha no se podría cambiar a no ser por calamidad pública. Ninguna otra localidad comarcal organizaría ese día una fiesta paralela, y aún menos el llamado despectivamente ‘Carnaval de Plástico’, que se reduce a un desfile de disfraces competitivo y que está en las antípodas de los que es un carnaval eminentemente ruralizado, cargado de valores antropológicos y que se pierde en la noche de los tiempos.

Los respectivos Ayuntamientos se encargarían de la logística y de la intendencia, mientras que el grupo ‘Estampas Jurdanas’ se encargaría de representar, junto con vecinos de la alquería donde tuviese lugar, los llamados ‘rejuijus’: escenificaciones al aire libre de los antruejos tradicionales del territorio jurdanu, sin dar a paso a veleidades de tipo modernista, con el fin de ir recorriendo el camino para que tal festejo fuera declarado ‘Fiesta de Interés Turístico Regional’.
Los compromisos firmados deben estar guardados en alguno de los Ayuntamientos de la comarca, y no son papel mojado, como dicen algunos, que pretenden barrer para su casa o hacer de su capa un sayo. Estos compromisos se entienden que están fedatados y son de obligado cumplimiento.
El Papel de ‘Estampas Jurdanas’
CON LOS CENCERROS A CUESTAS

Zamarreando los cencerros, con el objeto de alejar los males del inviernos y propiciar la llegada de la floreciente primavera, encabezados por los tamborileros y el gigantesco pelele, mitad macho cabrío y mitad hombre bien dotado, bautizado en tiempos de Maricastaña como ‘El Morcillu’, fueron, dentro de una organización desorganizada y cargada de espontaneidad, saltando de alquería en alquería los miembros de ‘Estampas Jurdanas’: Vegas de Coria, La Huetre, Cambroncino, Las Erías, El Cabezo, Azabal (hoy, ascendida a entidad menor), Aceitunilla, El Carabusino, Ovejuela, Las Mestas, Ribera Oveja, La Segur, Casarrubia, Riomalo de Abajo, La Rebollosa, El Castillo, Horcajo o Martilandrán.
El grupo ‘Estampas Jurdanas’
Todo marchaba perfectamente, según lo acordado y firmado. El grupo ‘Estampas Jurdanas’ iba engrosando sus filas no solo con hijos de la comarca, sino que otros, muy ligados a esta tierra, pasaron a militar en sus filas. Personas de toda condición, a las que nadie les preguntaba si eran rojos o azules, tirios o troyanos, guiris o carcas.
Para defender los colores de la Cultura Tradicional-Popular de Las JHurdes, mal que les pese a los ‘pura sangre’ y a los repartidores de carnés de jurdanus, no hace falta haber nacido por narices en la demarcación jurdana.

Eso es propio de un ultranacionalismo cavernario, que no ve más allá del campanario de su pueblo. Lo que hace falta es un corazón grande, un hipotálamo en perfecto estado, disponibilidad y generosidad, fraternidad y compañerismo y amor por una tierra y el auténtico y tan rico legado tradicional heredado de otras generaciones, no contaminado por hibridaciones propias de la Sección Femenina o por ególatras que se encaraman en su torre de marfil y piensan que el mundo no se puede mover sin que ellos le den a la manivela.
Apoyo Institucional y Mediático
Sería en esos años cuando el Patronato de Turismo de la Diputación cacereña, sabedor, a través de la revista ‘El Correo Jurdano’, que este desfacedor de entuertos creó en 1993; los muchos artículos en la prensa, emisiones radiofónicas y guiones televisivos, firmado por el mismo, donde se daba cuenta de la labor que venía desempeñando el grupo ‘Estampas Jurdanas’ y su rescate y puesta en marcha de rituales ceremoniales y festivos, cuando echó un capote a dicha agrupación etnomusicológica, facilitándole su andadura. Antes, fue la revista ‘Brezo y Pizarra’, sacada a flote por el mismo trotacaminos.

También arrimó el hombro la ‘Asociación Sociocultural de Las Hurdes’ (‘Ashurdes’), con su revista ‘Las Hurdes’ (época II y III), cuya responsabilidad fue asumida, fundamentalmente, por los buenos amigos Casto Iglesias Duarte, de la alquería jurdana de El Cerezal, y por Jerónimo Roncero Pascual, de Nuñomoral. El Patronato de Turismo de la Diputación Provincial nos extendió y plastificó los carnés para entregar a los miembros de ‘Estampas Jurdanas’; confeccionó unas tarjetas en cartulina, con el currículum o perfil de dicho grupo, que se repartían por los cuatro puntos cardinales y nos despejó el terreno para subvencionarnos viajes a determinados festivales y encuentros folklóricos por la geografía hispana y portuguesa, bien fuere como grupo representativo de la antigua cultura pastoril de la comarca jurdana o a efectos de escenificar el ‘Carnaval Jurdanu’.
Declaración como Fiesta de Interés Turístico Regional
FIESTA DE INTERÉS TURÍSTICO REGIONAL
El 25 de febrero de 2017, a sabiendas de que el ‘Carnaval Jurdanu’ estaba a punto de declararse ‘Fiesta de Interés Turístico Regional’, se decidió celebrar por segunda vez dicho festejo en la alquería de Azabal, que, hoy en día, como dijimos más arriba, es ya Entidad Local Menor. La razón estaba muy clara. Bajo cuerda se sabía que, en esa fecha, ‘Sábadu Gordu del Entrueju’, acudirían algunos técnicos de la Administración regional para observar in situ el desarrollo de tales antruejos. Con anterioridad, se había remitido a la Junta de Extremdura el informe preceptivo.
Se tenía por oídas que la asistencia al festejo puntuaba. De aquí que se decidiera celebrar tal edición del festejo en la alquería más poblada de toda la comarca, que no era otra que Azabal. Nadie dijo lo contrario y se celebró un carnaval por todo lo alto. Al poco tiempo, ya se publicaba oficialmente en el Diario Oficial de Extremadura (DOE) que la fiesta había conseguido el título de ‘Interés Turístico Regional’.
Adaptaciones y Cambios en la Celebración
Desde el año 1991 hasta el 2017, el ‘Carnaval Jurdanu’ había marchado por el camino que marcaban las firmas estampadas en los compromisos entre los Ayuntamientos de la comarca y el grupo ‘Estampas Jurdanas’. Tan solo en dos ediciones hubo que introducir cambios. Una de ellas fue el 12 de febrero de 2012, cuando se pensaba llevar a cabo la fiesta en la alquería de Riomalo de Arriba.
Se sopearon los pros y contras y, dado que su escaso número de vecinos impedía una logística adecuada por falta de recursos y echándose el tiempo encima, el Ayuntamiento de Ladrillar, al que pertenece dicha alquería, decidió con el visto bueno de todas las partes implicadas, celebrarlo en la misma cabeza del concejo, como algo excepcional.

Celebración en la alquería de Ribera Oveja
La otra ocasión fue con motivo de la celebración en la alquería de Ribera Oveja, antaño cabeza de concejo, pero devenida, a lo largo del transcurrir histórico, en una alquería con escasa población. Fue el 9 de febrero de 2013. La población muy envejecida, imposible para mantener una adecuada intendencia, dio lugar a que los actos matinales (reparto de café, dulces tradicionales y aguardiente a primera hora; pasacalles en busca del ‘pidió’ que sería forzado a ser ‘Rey del Entrueju’ y otras chanzas y mojigangas) se llevasen a cabo en la alquería. Posteriormente, la comida a base de los pipos con berzas y espinazo del marrano y todos los actos carnavalescos propios de la tarde y de la noche se trasladaron a la villa jurdana de El Casar de Palomero, cabeza del concejo.
A raíz de alzarse el ‘Carnaval Jurdanu’ con el título de ‘Fiesta de Interés Turístico Regional’, comenzó a llegar una partida económica bastante sustanciosa a la Mancomunidad de Las JHurdes, ya fuere en publicidad o para los gastos propios de la fiesta.
Reflexiones Finales
Consideraciones sobre el futuro del Carnaval Jurdanu y su importancia cultural.
Dicen el viejo refranero que ‘con dinero baila el perro y, con un poco más, hasta el dueño’, o aquel otro de ‘quien tiene dineros compra panderos’, y un tercero para rematar la faena: ‘Los dineros de Cagancha, todo lo que tocan manchan’. Pero dejemos algo para el último capítulo de la serie, que el final siempre suele ser lo más interesante de las historias que son tan verdaderas como el sol que nos alumbra o como la noche que nos ciega.
Análisis Retrospectivo del Carnaval Jurdanu en Tiempos de Cuaresma (III)