Pozuelo de Zarzón: El Tesoro Escondido del Valle del Alagón con una Arquitectura Única

Pozuelo de Zarzón: El Tesoro Escondido del Valle del Alagón con una Arquitectura Única

Autor: JA.Karok 💚 Web Norte de Extremadura

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Descubre Pozuelo de Zarzón (Cáceres), un tesoro con un rico patrimonio y una arquitectura popular única. ¡Planifica tu visita al corazón del Valle del Alagón!

Pozuelo de Zarzón: El Tesoro Escondido del Valle del Alagón con una Arquitectura Única

En el corazón geográfico y administrativo de la Mancomunidad Integral Valle del Alagón, se encuentra Pozuelo de Zarzón, un municipio de Cáceres que ha sabido conservar como pocos el eco de su historia en la piedra de sus casas y en el murmullo de sus fuentes. Más allá de su papel como centro de servicios comarcal, Pozuelo es un lugar donde su propio nombre, forjado por la abundancia de agua, ya nos cuenta el primer capítulo de un relato fascinante. Es una invitación a descubrir cómo ese legado hídrico ha moldeado su arquitectura, su economía y el alma de sus gentes, creando un patrimonio rico y a menudo desconocido que espera ser explorado.

Un Nombre Forjado por el Agua y la Tierra

El nombre de Pozuelo de Zarzón es una declaración de principios sobre su identidad. Su origen toponímico se debe a la gran cantidad de pozos que salpican tanto el casco urbano como su término municipal, un testimonio de la riqueza de sus acuíferos subterráneos. El apellido «de Zarzón», según la teoría del historiador Valeriano Gutiérrez, podría ser una corrupción de su denominación original, «Pozuelo de Zarzoso», en alusión al arroyo «Zarzoso» que cruza sus tierras o a la abundancia de zarzas en el entorno. A lo largo de los siglos, la localidad ha sido conocida por diversas denominaciones que marcan su evolución, como Puteolus en documentos del siglo XII, Pozolo o Pocuelo.

Geográficamente, el municipio se asienta en una hondonada dentro de una zona de sierra baja, rodeado de un característico paisaje adehesado donde predominan encinas y alcornoques, conformando una estampa típicamente extremeña.

Huellas de la Historia: De Roma al Señorío de Galisteo

La historia de Pozuelo de Zarzón hunde sus raíces en tiempos prerromanos con los vettones, de quienes se ha hallado una necrópolis. Sin embargo, la huella de Roma no es un mero apunte en los libros; se materializa en las diversas aras votivas halladas en el municipio, altares de piedra donde antiguos pobladores dejaron sus plegarias a dioses como Júpiter, conectando el suelo que hoy pisamos con el corazón del Imperio. Por su término discurría, además, un tramo de la calzada romana que enlazaba la Vía Dalmacia con la Vía de la Plata.

Durante la Edad Media, tras su reconquista por el rey Alfonso IX de León a principios del siglo XIII, Pozuelo pasó a formar parte del Señorío de Galisteo, una poderosa jurisdicción de la que dependió administrativamente hasta su disolución definitiva en 1837. Siglos más tarde, la historia volvería a dejar su marca durante la Guerra de la Independencia, cuando el pueblo sufrió saqueos y robos por parte de las tropas francesas que ocuparon la comarca.

Arquitectura que Habla: Un Paseo por sus Calles

Pasear por Pozuelo de Zarzón es como leer un libro de historia escrito en piedra. Su arquitectura popular, levantada con materiales locales como la arcilla, la piedra y la madera, presenta una personalidad única. Las viviendas tradicionales, de dos plantas, se caracterizan por sus robustos paramentos de mampostería. Fíjese bien al pasear por sus calles, pues el verdadero secreto arquitectónico de Pozuelo se revela en un detalle singular: las «alpoyatas». Definidas popularmente como ménsulas dispuestas a ambos lados de las ventanas superiores, son un detalle arquitectónico que define la identidad del pueblo y que difícilmente encontrará en otro lugar. Junto a ellas, destacan los balcones sustentados por vistosas ménsulas de piedra labrada.

Entre sus edificios más emblemáticos se encuentra la casa nobiliaria situada frente a la iglesia, que luce en su dintel de entrada la inscripción «AÑO D 1774». Otro edificio de visita obligada es el Ayuntamiento, con su esbelta torre de sillares. En su interior, el consistorio conserva como una joya la maquinaria original de su reloj, fechada en 1887, un testimonio de la maestría mecánica de la época.

El Oro Líquido de Pozuelo: Tradición Olivarera

Esa misma agua que da nombre al pueblo es la que nutre su mayor tesoro económico: el olivar. El olivar representa la mayor parte de la explotación agrícola del municipio, siendo el pilar fundamental de su economía. Esta tradición se ha especializado en la producción de aceite ecológico de alta calidad, un producto reconocido en la región.

Un ejemplo de este arraigo es la empresa familiar Jacoliva, cuya historia comenzó en 1894 cuando la familia empezó a elaborar aceite para su propio consumo. Con el tiempo, esa almazara primigenia evolucionó hasta convertirse en una empresa que hoy combina métodos tradicionales con las tecnologías más innovadoras. Como símbolo de la importancia de esta actividad, en una de las rotondas de acceso al pueblo se erige una estatua dedicada a los olivareros, un homenaje a las generaciones que han trabajado la tierra para obtener su «oro líquido».

El Legado del Agua: Pozos, Fuentes y Lavaderos

Si el olivo es el presente económico, el agua es su pasado y su alma. La abundancia de acuíferos ha dado lugar a numerosos pozos, tanto en patios particulares como en las calles, algunos con nombres tan evocadores como el Pozo Nuevo o el Pozo Crispín.

Las fuentes públicas de Pozuelo son más que simples surtidores de agua; son monumentos de cantería que narran la historia de la vida comunal. La más antigua es La Zarza, que presenta una inscripción con el año 1398. Por su valor arquitectónico destaca la Fuente Grande, construida con sillares y reedificada en 1733. Su estructura, con un gran arco carpanel y una bóveda de cañón, la convierte en una de las construcciones más artísticas del pueblo.

Aunque el antiguo lavadero municipal junto al arroyo Zarzoso ya no existe, su memoria perdura. El Ayuntamiento ha recuperado y conservado cuatro de sus enormes pilas de lavar de granito en la «Zona de Recreo y Ocio Los Caballetes». Estas piezas son un emotivo testimonio de la vida comunitaria de las lavanderas y de una época en la que el agua era el centro de la vida social.

Tradiciones con Sabor a Pueblo

Pozuelo de Zarzón conserva un rico acervo de tradiciones culturales y gastronómicas. La gastronomía pozolina aprovecha los productos de la tierra para crear platos contundentes y sabrosos como las migas o el gazpacho extremeño. En su repostería destacan dulces como las perrunillas y los huesillos, elaborados siguiendo recetas transmitidas de generación en generación.

El calendario festivo está marcado por dos citas principales: la Fiesta del Emigrante, que se celebra en agosto y reúne a vecinos y a quienes regresan al pueblo en verano, y las fiestas patronales en honor a San Gregorio.

Esta alma popular fue capturada por el ilustre jurista y poeta Jacinto García-Monge y Martín, nacido en la localidad. Sus versos evocan con maestría la esencia de su tierra, como en este fragmento de su «Romance de mi pueblo» que describe la vibrante atmósfera de la fiesta local:

La víspera de la fiesta las campanas con revuelo llaman al capazo alegre, donde el tamboril y el fuego, la noche y la primavera tienen un pacto secreto para encender en la sangre los ardores más intensos.

Reflexión Final: Un Tesoro por Descubrir

Pozuelo de Zarzón es mucho más que la capital administrativa del Valle del Alagón. Es un destino auténtico donde cada rincón cuenta una historia. Su arquitectura singular, con detalles tan propios como las alpoyatas, su profundo vínculo con la tradición olivarera y el omnipresente legado del agua lo convierten en una parada obligatoria para quienes buscan el patrimonio más genuino. Desde «Somos Norte Extremadura», animamos a nuestros lectores a desviarse de las rutas habituales para descubrir, paso a paso, un tesoro bien conservado que sorprende y enamora en el corazón del Valle del Alagón.

Pozuelo de Zarzón: El Tesoro Escondido del Valle del Alagón con una Arquitectura Única