
La Cervigona cascadas en Sierra de Gata
Introducción
Enclavada en el corazón de la Sierra de Gata, una joya natural de Extremadura, se encuentra La Cervigona, una serie de cascadas que capturan la esencia salvaje y serena de este paraje. Rodeadas de frondosos bosques y formaciones rocosas impresionantes, las cascadas de La Cervigona ofrecen un espectáculo visual y sonoro que enamora a visitantes de todas partes.
Este artículo se adentrará en la historia y la geografía de La Cervigona, explorando sus senderos, la biodiversidad que la rodea y las leyendas locales que enriquecen su mística. Además, proporcionaremos consejos prácticos para aquellos aventureros que deseen descubrir este rincón mágico de la naturaleza, garantizando una experiencia inolvidable en uno de los destinos más emblemáticos de la Sierra de Gata.
LA CERVIGONA CASCADAS EN SIERRA DE GATA
El Camino Natural del Río Rivera de Acebo tiene su punto neurálgico en el área recreativa “El Jevero”. De aquí parten todos los senderos, o bien, enlazan con otras sendas.
En el caso de la Senda de los Puentecitos de La Cervigona no arranca directamente del área recreativa. En primer lugar, tendríamos que hacer la Ruta 1: Senda del embalse del Prado de las Monjas y luego enlazar con la Senda 3: Puentecitos de La Cervigona.
Pero existe la opción de dirigirse directamente en coche a la Presa de Acebo y comenzar desde allí la ruta.
En el caso de hacer la Senda 1 y la Senda 3, tenemos que dirigirnos al área recreativa de “El Jevero”. Se encuentra a 1.9 kms (4 min) de Acebo por la carretera CC-32.2 y aparcar el coche en el amplio parking habilitado.
Sin embargo, si solo queremos hacer la Senda 3 tenemos que continuar por la carretera CC-32.2 y seguir las señales hacia la Presa Prado de las Monjas. Se sitúa 5.7 kms de Acebo (13 min) y parte del recorrido se realiza por una pista forestal.
Vamos a describir los dos senderos para que cada uno decida si prefiere hacer las dos sendas o solo una. LA CERVIGONA CASCADAS EN SIERRA DE GATA

Además en el extremo noroeste de la provincia de Cáceres, y lindando ya con tierras portuguesas, se encuentra la sierra de Gata. Muy cerca de tierras salmantinas, allí está escondido un lugar que desde mi adolescencia y juventud me ha llamado la atención por su espectacular belleza: La Cervigona. Una excursión que desde los catorce años todos mis amigos de Hoyos hemos realizado alguna vez, incluso acampando por allí para pasar la noche. Sin duda alguna, La Cervigona era uno de esos lugares míticos que a todos nos llamaba la atención. Por lo que las caminatas desde Jevero hasta la cascada subiendo por el cauce de la rivera de Acebo eran muy habituales. Actualmente sigue teniendo ese encanto casi mágico, aunque la exuberante vegetación en otoño y primavera y el calor en verano, hacen que sea una ruta poco transitada.

El inicio de la ruta hacia La Cervigona puede hacerse desde dos lugares: Jevero, la piscina natural de Acebo; y desde la presa Prado de las Monjas. Llegar hasta la presa en coche nos evita hacer 3,5 kilómetros de más, pero la zona de aparcamiento es muy pequeña y no es plan de congestionar aquello. Los vehículos de mantenimiento y contra incendios tienen que pasar por allí. Desde el embalse hasta la cascada tenemos 2,5 kilómetros exactos, con unos metros finales complicados y muy duros para los que tienen vértigo. Ojo, no confundir el final de la ruta en la cascada, con la subida al mirador de La Cervigona. Os lo iré aclarando más adelante. Ahora os voy a ir contando este sendero paso a paso, nunca mejor dicho. Espero que os guste. LA CERVIGONA CASCADAS EN SIERRA DE GATA


Senda Los Puentecitos de La Cervigona
Como os decía, salimos de la presa Prado de las Monjas, justo por la vereda donde están todos los carteles informativos. Para ir al mirador hay que ir por el otro lado de la presa y tomar la senda de la izquierda. También es una bonita ruta pero no es la que aquí describo. El paseo hacia la cascada ofrece un paisaje espectacular en su primer kilómetro, por donde vamos dejando atrás la cola del embalse. Estamos siguiendo el curso de la Rivera de Acebo, aguas en las que nos hemos bañado toda la vida los vecinos de Acebo, Hoyos y Perales del Puerto. Antes de que sus aguas viertan en la Rivera de Gata, para dirigirse al río Árrago, juntarse con el río Alagón en los Canchos de Ramiro y aumentar el caudal del río Tajo metros antes del puente romano de


La Senda 1 comienza en el área recreativa de El Jevero. Aquí hay fuentes de agua potable donde podemos hacer un avituallamiento para el camino.
También hay unas bonitas piscinas naturales que son el punto de partida de la ruta. Debemos cruzar el puente de madera que hay sobre las zonas de baño para ir ascendiendo ladera arriba.
En el primer trato del recorrido hay unas escaleras de piedra, pero luego entramos en una zona de helechos y piornos durante unos 300 m. Aquí enlazamos con una pista forestal que se dirige a Cuerda Cardilla (1.7 kms) y al Prado de las Monjas (2.7 kms).
LA CERVIGONA CASCADAS EN SIERRA DE GATA
El camino no tiene pérdida, ya que está correctamente señalizado. La única bifurcación que nos vamos a encontrar es el desvío, a medio camino, hacia la Senda del Mirador de la Ventosa (senda 2).
Si decidimos ir hasta el mirador tendremos una panorámica del valle con sus bosques y terrenos de cultivo en forma de terrazas y el embalse del Prado de las Monjas. Os dejamos una foto para que decidáis si merece la pena desviarse.


Seguimos por la senda Los Puentecitos de La Cervigona, posiblemente una de las más famosas y transitadas del Camino Natural del río Rivera de Acebo. En apenas un kilómetro aparece el primer puente, un bonito paso de madera por el que cruzamos el río, con bastante agua en esta época del año y con unas pozas que invitan al chapuzón cuando aprieta el calor. La pena es que lo tienen bastante deteriorado y hay que pasar con mucho cuidado. A los pocos metros vemos el segundo puentecito. Tras pasar las dos primeras pasarelas de madera, la senda continúa por el fondo del valle remontándolo por la orilla izquierda del río Rivera de Acebo. La senda nos introduce en un paisaje de valles donde predominan las encinas y madroños. La mezcla de colores y el sonido del agua a nuestra izquierda nos hace disfrutar de un paseo encantador.
La Cervigona cada vez más cerca
Acompañados en todo momento de la visual del río y su bosque de ribera, podemos disfrutar de una gran riqueza de sensaciones ligadas a los cursos de agua típicos de las gargantas serranas. Tras cruzar la tercera pasarela de madera nos encontramos por primera vez con la visual de la cascada de La Cervigona. Encajada en los exquisitos grauváquicos (la grauvaca es una roca detrítica formada por la consolidación de los minerales que resultan de la disgregación del granito) del paraje de Las Cabezadas de La Cervigona. Desde allí se descuelga la torrentera principal, impresionante y terrorífica desde su cima, con 62 metros de altura totalmente perpendiculares a la roca. Este salto es el principal de una sucesión de saltos de agua que salvan 200 metros de desnivel. Hay que avisar que debido a las dificultades del terreno, la senda no llega a la cascada, siguiendo monte a través.


Finalmente, tras pasar la cuarta y última de las pasarelas, llegamos a la Fábrica de la Luz, el sueño de Pedro Comerón y el señor Godinho. Con escasos medios domesticaron las aguas para abastecer de electricidad a la comarca durante la mayor parte del siglo XX. El 17 de junio de 1911 se constituyó la «Hidroeléctrica La Cervigona S.A.», con un capital social de 250.000 pesetas y sede social en la población de Hoyos. El objetivo fue la construcción y explotación de la central eléctrica a fin de proporcionar suministro eléctrico a los pueblos de Acebo, Hoyos, Villasbuenas de Gata, Perales del Puerto, Cilleros, Villamiel, San Martín de Trevejo y Eljas. Dejó de funcionar en 1985. Cabe destacar la participación de ciudadanos de Hoyos en este proyecto, como Casto Marín de la Calle (con traje más claro), en las fotos de la época con los curas de Villamiel y Hoyos.





Disfrutando de La Cervigona
Una vez llegas a la fábrica de luz tienes dos opciones. La primera de ellas, la que seguimos nosotros, es continuar monte a través hacia la base de la cascada. La segunda, mucho más dura, es subir siguiendo el tubo que veis en las imágenes, ladera arriba, para ver la cascada desde la cima. Cada uno decide aquí la opción que más le apetezca. En mi opinión es más bonito y más divertido acercarse a la cascada por abajo. Sigues disfrutando de las aguas del río mucho más cerca y todo el rato vas por la sombra. Distintas pozas te invitan al baño, incluso en los meses próximos al verano. Debes tener mucho cuidado porque el terreno se vuelve mucho más abrupto y los últimos metros son peligrosos. La cascada alcanza sus momentos de mayor esplendor durante las estaciones de otoño y principios de invierno.

Pasada la fábrica de la luz y a unos cien metros de nuestro objetivo se encuentra la parte más peligrosa de esta senda. Es «la librería«. Una subida de roca granítica con mucho desnivel apta solamente para senderistas atrevidos y amantes de la montaña. Desaconsejable para niños pequeños y personas mayores, ya que debes utilizar brazos y piernas para trepar este tramo. Además, la bajada hacia la cascada tiene un pequeño sendero de piedra arenisca, estrecho y resbaladizo. En las imágenes se aprecia muy bien la dificultad de esta parte. Todo esfuerzo tiene su premio y al llegar arriba ya tienes una imagen espectacular de la base de la cascada. La recompensa es absoluta. Realmente te quedas impresionado de lo que tienes ante tus ojos. En un rincón perdido de la sierra de Gata, oculta entre las rocas, tienes el último salto de agua de La Cervigona.
El final de la aventura
Pero, como ya he comentado más arriba, este es el último salto de agua de una sucesión de varios saltos de agua. Todos espectaculares pero no todos tan accesibles. Ahora toca disfrutar del momento, del sonido de la cascada y del rumor del viento. Sentarte en una roca y mojarte la cara con ese agua fresca y cristalina. Si has sido un caminante intrépido y atrevido y has tenido cuidado al subir por «la librería» ahora toca relajarse. Los sonidos de la naturaleza tienen esa virtud. Los sonidos de la naturaleza tienen un poder catártico en nuestro organismo. Es como un regreso a nuestros orígenes, una vía de escape, un canal que nos centra y nos libera a la vez. Momento para disfrutar en compañía o para disfrutar en solitario. Tomar unas imágenes para el recuerdo y descansar tranquilamente en esta especie de oasis.


Piscinas naturales El Jevero y Carreciá:
La Senda del Camino Natural finaliza en este levantamiento, pero es posible acercarse hasta las inmediaciones de las Cascada de la Cervigona.
Lo que ocurre es que el acceso no es sencillo y no debe realizarse con niños pequeños. Igualmente, no se debe ascender si no se está acostumbrado a moverse por terrenos de montaña y con soltura para realizar destrepes.
En nuestro caso, solo uno de nosotros y un niño mayor se acercó hasta la cascada. El resto nos quedamos en la Fábrica de la Luz.
Si vais hasta la Cascada de la Cervigona, veréis un salto de agua de unos 60 metros de altura que se desliza entre piedras de pizarra. Es un paraje de gran belleza, es una lástima que el acceso sea tan abrupto e incluso peligroso.
El regreso se realiza por el mismo recorrido.

LA CERVIGONA CASCADAS EN SIERRA DE GATA
Ruta a la cascada de la Cervigona en Acebo ( Sierra de Gata).
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