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Emergencia en Robleda: Dos ríos desbordados inundan el pueblo salmantino

Emergencia en Robleda: Dos ríos desbordados inundan el pueblo salmantino

Emergencia en Robleda: Dos ríos desbordados inundan el pueblo salmantino

Autor: JC. Vidal 💚 Web Norte de Extremadura

Las intensas lluvias han provocado el desbordamiento de los ríos Mayas y Águeda en Robleda, Salamanca, generando una situación de alerta. Conoce el impacto y las medidas adoptadas.


Guía del contenido

El embalse de Irueña no pudo contener la crecida: una mañana de caos en Robleda

El municipio salmantino de Robleda ha sufrido este sábado una inundación sin precedentes tras el desbordamiento simultáneo de los ríos Mayas y Águeda. Las lluvias torrenciales que han azotado la provincia han elevado los caudales a niveles extremos, anegando calles y afectando a numerosas viviendas.

Los datos reflejan la magnitud del desastre:

  • El río Mayas multiplicó su caudal por diez en apenas cinco horas, pasando de 2,5 m³/s a casi 100 m³/s, con una subida del nivel de dos metros.
  • El río Águeda no se quedó atrás, pasando de 30 m³/s a más de 270 m³/s en cuestión de horas, provocando una crecida de más de dos metros.

Una provincia bajo el agua: Robleda, epicentro de la crisis

No solo Robleda se ha visto afectado. En la localidad cercana de Zamarra, el río Agadón ha multiplicado su caudal por 70 en cuestión de horas, alcanzando un nivel superior a los 3,5 metros. El fenómeno ha llevado a la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) a activar el nivel de alerta en tres ríos de la provincia.

Las estaciones meteorológicas han registrado cifras preocupantes:

  • 55 l/m² en El Maíllo.
  • 47 l/m² en Navasfrías.
  • 30 l/m² en la base aérea de El Bodón.

La acumulación de agua ha sido tal que los sistemas de drenaje locales han resultado insuficientes, generando importantes daños en carreteras y cultivos.

Reflexión: un recordatorio de la vulnerabilidad ante el clima

Este episodio de crecidas históricas nos recuerda la fragilidad de nuestros entornos urbanos ante fenómenos meteorológicos extremos. El cambio climático y la alteración de los patrones de precipitaciones pueden hacer que estos eventos sean cada vez más frecuentes. ¿Estamos preparados para afrontarlos?

La planificación hídrica y la mejora de infraestructuras son claves para evitar que episodios como este se repitan con consecuencias devastadoras. Lo ocurrido en Robleda no es un hecho aislado, sino una llamada de atención sobre la necesidad de políticas de prevención y adaptación al clima.

Mientras las autoridades trabajan en la recuperación, queda una pregunta en el aire: ¿Qué más se puede hacer para proteger nuestras comunidades?

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