El Puente de Hierro de Coria: Icono de la modernidad y guardián del indomable río Alagón

El Puente de Hierro de Coria: Icono de la modernidad y guardián del indomable río Alagón

Autor: JA.Karok 💚 Web Norte de Extremadura

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Explora la historia y la ingeniería del Puente de Hierro de Coria. Un recorrido desde su construcción en 1909 hasta su restauración, enmarcado en el fenómeno del «puente sin río» y el progreso de la provincia de Cáceres.

El Puente de Hierro de Coria: Icono de la modernidad y guardián del indomable río Alagón

La ciudad de Coria, la antigua Caurium romana, es un enclave de singular relevancia para el estudio de la ingeniería civil en la Península Ibérica. Su fisonomía ha estado intrínsecamente ligada a la dinámica del río Alagón, un cauce cuya inestabilidad geológica ha dado lugar a uno de los fenómenos más curiosos de Europa: la coexistencia de un puente sin río y un río sin puente. En este escenario, el Puente de Hierro de Coria no solo surgió como una solución funcional a un vacío infraestructural, sino como el símbolo definitivo de la modernidad técnica en el Norte de Extremadura a principios del siglo XX.

El enigma del Alagón: La génesis de una necesidad

Para entender por qué se construyó el Puente de Hierro, es imperativo analizar el desplazamiento del cauce del río Alagón. Históricamente, Coria contaba con un soberbio Puente de Piedra (1518), construido sobre cimientos posiblemente romanos. Sin embargo, la naturaleza del terreno y la violencia de las riadas provocaron que el río abandonara su lecho original, desplazándose hacia el sur y dejando la estructura de sillería «en seco».

Existe un intenso debate sobre cuándo ocurrió este desvío. Mientras la tradición popular lo vincula al terremoto de Lisboa de 1755, investigaciones técnicas sugieren que fue el resultado de grandes riadas en 1590 o 1647. Este suceso creó una fractura logística: la ciudad conservaba su arquitectura renacentista, pero el nuevo cauce debía cruzarse mediante barcas en la denominada Plaza de las Barcas. A finales del siglo XIX, este sistema era insuficiente para una ciudad que ejercía como centro administrativo de las Vegas del Alagón, lo que impulsó la construcción de un puente definitivo con los materiales más avanzados de la época: el hierro y el acero.

Construcción y excelencia técnica (1901-1909)

La elección del metal sobre la piedra no fue solo una preferencia estética modernista, sino una decisión técnica basada en la geología. La inestabilidad de los sedimentos de la cuenca desaconsejaba estructuras pesadas de fábrica. El hierro permitía un diseño más ligero y adaptable a las variaciones del lecho fluvial.

El equipo de ingenieros y el diseño Bowstring

El proyecto fue concebido inicialmente por el ingeniero Basilio Beamonte en 1895, con reformas posteriores hasta 1901. La ejecución material estuvo a cargo de los ingenieros asturianos Salvador y Próspero Ardura, quienes aplicaron la experiencia de la industria siderúrgica del norte de España.

Estructuralmente, el puente es de tipo bowstring (cuerda de arco), una tipología donde el arco superior trabaja a compresión y el tablero inferior actúa como tirante, absorbiendo los empujes horizontales. Sus características principales son impresionantes para la época:

• Longitud total: 178,30 metros divididos en tres vanos de 50 metros de luz cada uno.
• Anchura del tablero: 7,78 metros, diseñado para albergar tráfico rodado y peatonal.
• Materiales: Se movilizaron más de 400.000 kilogramos de hierro laminado y acero, fabricados en la Fábrica de Mieres (Asturias) y unidos mediante roblonado en caliente.
• Cimentación: Cuatro pilastras de sillería granítica asentadas sobre hormigón hidráulico, una innovación de la época que garantizaba durabilidad bajo el agua.

La obra tuvo un coste final de 644.248,89 pesetas y fue inaugurada oficialmente el 2 de agosto de 1910. Con su apertura, se consolidó la actual carretera EX-109 y se puso fin a siglos de dependencia de las barcazas.

Desafíos históricos: La gran riada de 1979

La robustez del Puente de Hierro ha sido puesta a prueba por el carácter caprichoso del Alagón. El episodio más crítico ocurrió en febrero de 1979, cuando lluvias intensas y el deshielo provocaron una riada histórica. El agua alcanzó la cota del tablero, y el volumen fue tal que el antiguo cauce seco volvió a inundarse, devolviendo por unos días el río a los ojos del Puente de Piedra renacentista. A pesar del embate, el Puente de Hierro resistió gracias a su flexibilidad estructural y la solidez de sus pilastras. No obstante, este evento evidenció la necesidad de un mantenimiento profundo tras siete décadas de servicio.

Restauración y patrimonio en el siglo XXI

Al alcanzar su centenario, el puente presentaba un deterioro avanzado por la oxidación y el desgaste. Entre 2003 y 2004, la Junta de Extremadura promovió una rehabilitación integral con un presupuesto de 180.000 euros. Los trabajos incluyeron la limpieza profunda del metal, la sustitución de componentes oxidados y un sistema de pintura multicapa que resalta su diseño modernista.

Hoy en día, el puente está integrado en el Conjunto Histórico-Artístico de Coria. Mientras el tráfico pesado circula por un puente de hormigón más moderno construido en los años ochenta, el Puente de Hierro permanece como una vía para el tráfico ligero y el uso peatonal, facilitando el acceso a zonas recreativas como el Jardín Botánico.

Coria y el Norte de Extremadura: Un futuro conectado

El Puente de Hierro es testigo del pasado industrial, pero su importancia se entiende mejor en el contexto del progreso actual de la provincia de Cáceres, reflejado en el Anuario 2023 de la Asociación de Periodistas de Cáceres. Mientras Coria protege sus puentes y sus misterios —como el Sagrado Mantel custodiado en su Catedral—, la región se transforma con hitos de vanguardia.

La provincia vive hoy una revolución tecnológica y sostenible que complementa su legado histórico. Ejemplos de ello son la gigafactoría de baterías de Envision en Navalmoral de la Mata, que atraerá una inversión de 1.000 millones de euros, o la apuesta por el hidrógeno verde en municipios cercanos como Torrejoncillo. Al igual que el Puente de Hierro unió las orillas del Alagón, nuevas infraestructuras como la electrificación de la alta velocidad entre Plasencia y Badajoz están redefiniendo la movilidad en el siglo XXI.

La conservación del patrimonio industrial de Coria se alinea con la estrategia de turismo sostenible

Además, la conservación del patrimonio industrial de Coria se alinea con la estrategia de turismo sostenible de la Diputación de Cáceres, que incluye proyectos como el Grand Tour Territorios UNESCO o la promoción de enclaves Starlight como El Chorrerón en Moraleja. El puente no es solo un monumento; es parte de una red de recursos que, junto con festividades como Jarramplas en Piornal o la gastronomía de la Torta del Casar, posicionan al Norte de Extremadura como un destino de experiencias únicas.

Resumen final y valor para el lector: El Puente de Hierro de Coria es una obra maestra de la arqueología industrial que nos enseña cómo la ingeniería puede dialogar con una naturaleza impredecible. Su historia, marcada por el desvío del Alagón y la superación de retos técnicos, es un reflejo de la resiliencia de Extremadura. Para el visitante actual, cruzar este puente es caminar sobre cien años de historia, conectando la Coria de las murallas romanas con una provincia que hoy lidera la innovación energética y el turismo de calidad. Comprender el pasado de este puente es valorar el esfuerzo de generaciones por construir un futuro donde la técnica y el patrimonio caminen siempre de la mano.

El Puente de Hierro de Coria: Icono de la modernidad y guardián del indomable río Alagón

• Este artículo ha sido elaborado utilizando exclusivamente las fuentes proporcionadas, garantizando una documentación profunda sobre la evolución del Puente de Hierro y su contexto regional.

• La imagen hiperrealista de la portada fusiona los tres tesoros históricos de Coria puente Romano de Hierro y la Catedral

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