PRESENTACIÓN DEL LIBRO “LOS TESOROS DE EXTREMADURA: LA HISTORIA, EL MITO Y LA LEYENDA.

Autor: Félix Barroso Gutiérrez
-HOMENAJE PÓSTUMO A SU AUTOR: JOSE´MARÍA DOMÍNGUEZ MORENO.

PRESENTACIÓN DEL LIBRO “LOS TESOROS DE EXTREMADURA: LA HISTORIA EL MITO Y LA LEYENDA
Cierto como el sol que nos alumbra que el pasado 4 de agosto, hace cuatro días, se celebró el ‘Día Internacional del Leopardo Nublado’ (‘Neofelis Nebulosa’), una especie a punto de extinción por la destrucción de su hábitat y el tráfico ilegal de la fauna silvestre. Y ese mismo día, la Iglesia Católica celebraba a Santa Ía y a San Eleuterio de Tarsia. Pero a nosotros lo que realmente nos importa es que, en fecha tan emblemática (se deduce de lo que se añadirá a continuación), se presentó en el salón ‘Maribel García Paniagua’, de la Casa de la Cultura ‘Filcunea’, el libro que, en el año 2023, se alzó con el galardón del Premio de Investigación ‘García Matos’, dotado con 2500 euros. Recayó por unanimidad del jurado en el investigador José María Domínguez Moreno, hijo del pueblo de Ahigal.

Los antiguos griegos creían en los ‘hados’y los describían como una fuerza impersonal y omnipotente que dirigía por los caminos que creyese oportunos la vida de cada ser humano. Era el destino inevitable e inalterable que constreñía a todo bicho viviente. De poco servía invocarlos, a fin de que pusieran remedio a los caminos que se torcían. No disponían de obreros para los servicios comunitarios y las vías pecuarias quedaban sin arreglar. Y estos temidos hados ya tenían elegida una fecha para cortar el hilo de la vida de nuestro nunca olvidado José María Domínguez Moreno, al que, en plan de desinhibida confianza, le llamábamos ‘El Bruju’. El dedo impasible del hado que le tocó en suerte (lo de ‘suerte’ habría que ponerlo en cuarentena) apretó con su acarambanado apéndice sobre el almanaque y se quedó congelado el 14 de diciembre de 2023. ¡Maldita noche! Había estado compartiendo con otros de la misma hechura unos vinos de la cosecha comunal (gavilla de ahigaleños empeñados en elaborar vino, siguiendo fielmente los pasos tradicionales). Aquella vieja bodega, ubicada en lo que fuera telarañoso corral, era su centro de operaciones. Más tarde, algunos la denominamos como ‘Bodega de la Hermandad Jurdanu-Ahigaleña’. Y es que sus puertas siempre estuvieron abiertas de par en par para los jurdanus de la ‘Corrobra Estampas Jurdanas’, aparte de otros allegados de pueblos del entorno, como El Cerezo. Incluso en ella llegó a celebrarse el ‘V Encuentro Heterodoxo’. en agosto de 2014, un acontecimiento que atraía a diferentes personalidades, de cosmovisiones alternativas y nunca correctas políticamente, pero todas ellas defensoras a ultranza de las ruralidades y de los acrisolados valores que llevaban implícitos, a la vez. Todo un armonioso canto a la intrahistoria y a sus verdades, que algunos temen hablar de ella, no siendo que les corten la lengua. Posiblemente, se retomen estos ‘Encuentros Heterodoxos’ para el próximo otoño, donde la sombra de José María Domínguez Moreno revoleteará, como lengua de fuego, sobre las cabezas de los asistentes, para que de manera totalmente laica, prosigan el legado que él nos dejó.

José María se metió bajo sus sábanas y mantas. La helada sajaba como un cuchillo. No había tomado más de dos vinos. Tuvieron que bajarlo entre cuatro cuando el sol ya asomaba. La parca, que a todas horas aguza la guadaña, siguiendo órdenes cursadas por los hados, actuó en consecuencia y vino a amargarnos la existencia a los que seguíamos vivos. Le cogió a traición ‘La que nunca duerme’, y seguro que ni se enteró. La noticia corrió de boca en boca. Todo estaba consumado. Como decía Lorenzo Martín González, alcalde pedáneo de la alquería jurdana de La Rebollosa: ‘la muerte es lu único emposibre de la vida, polque es la regüerta de la vida, y to lu que es regüerta va a la contra del esistí del presoná y las cosas’(en el antiguo concejo jurdanu de ‘Rius Malus’, excepto el pueblo de Riomalo de Arriba, no siguen el patrón lingüístico de cerrar las vocales átonas postónicas, ‘o’y ‘e’ en ‘u’ y en ‘i’, respectivamente.
NUNCA ES TARDE
Efectivamente. ‘Nunca es tarde, si la dicha es buena’, dice el viejo adagio. Y el pasado día cuatro; antes de ayer, como quien dice, con un buen aforo, se presentó el mentado libro. Todo un grueso tomo de 423 páginas y que ha quedado integrado como un número especial, el 46, de la revista ‘Saber Popular’, que con tan docta mano dirige el filólogo, folklorista, profesor y buen amigo Juan Rodríguez Pastor, oriundo del pueblo pacense de Valdecaballeros. Numerosos premios y reconocimientos en su haber. Sobre el escenario, presidiendo la heterodoxa mesa, Luis Fernando García Nicolás, alcalde de Ahigal y que fue quien rompió el hielo., trazando unas líneas maestras sobre la magistral labor en la citada localidad de José María Domínguez Moreno. Le pasó el micro a Juan Rodríguez Pastor, quien glosó la obra y añadió grandes dosis de pimienta y picaresca a la vida y arte del autor. Porque José María Domínguez, salvando las distancias, tenía mucho de don Alonso Quijano; incluso su perfil anatómico, su barba blanca y ademanes, nos evoca al famoso personaje de El Toboso o Villanueva de los Infantes (aún no se han puesto de acuerdo sus biógrafos). También tenía Josemari (nombre amical y familiar) su propio escudero, que no era otro sino su paisano Justo Plata Paniagua, apodado ‘Barril’, con cierto parecido físico a la descripción que Miguel de Cervantes nos hace de Sancho Panza; así como por las ‘machás’ sentenciosas que tanto uno como otro guardan en las alforjas de sus relatos y conversas.

Ambos, caballero y escudero, se recorrieron tierras, caminos y pueblos de la geografía extremeña a lomos de un fogueado vehículo. Se valían de mil recursos para que los párrocos les atendiesen y le enseñaran iglesias y ermitas. Josemari se había agenciado una especie de salvaconducto o carta de recomendación para inspeccionar a fondo estos templos. Tanto empeño, observación escrupulosa de sus trasteros, advertencias sobre la conservación de los bienes eclesiásticos y alabanzas interesadas hacia los clérigos que, en más de una ocasión, eran invitados ambos a compartir comida en la casa parroquial, lo cual agradecían en el alma. Eran épocas en que cada cura permanecía en su pueblo, donde también estaban los archivos parroquiales. Al poco tiempo, comenzaron a abandonarse casa, corral y huerta, y se llevaron los archivos al palacio del obispo de la diócesis Coria-Cáceres. Prometieron los señores de mitra, báculo, dorados ropajes y voluminosos anillos de oro (¡ay, cuánta hambre desaparecería del mundo, si las Iglesias vendieran todas sus joyerías y las ganancias fueran a parar a manos de los infelices!) … Prometieron -decíamos- tales purpurados que se enviaría a cada Ayuntamiento una copia microfilmada de tales archivos, con el consiguiente proyector para versos y estudiarlos los interesados. Ha llovido ya demasiado y ni se han vuelto a acordar del asunto, aunque no se olvidan de poner el cazo en las misas, bautizos, comuniones, casamientos y entierros.
El amigo Juan Rodríguez sacó a colación otros aspectos de la vida y hechos de José María Domínguez Moreno, salpimentadas con su especial gracia para hacer ameno el discurso. Por algo, dados los varios encuentros tenidos entre los dos, conocía de sobra de qué pie cojeaba el compañero ‘Bruju’, que con tanto acierto, como miembro de la ‘Corrobra Estampas Jurdanas’, desempañaba, metido en el papel del ‘Animeru de la Jogará’ y del ‘Farol’, en los rituales de ‘La Carvochá-La Chicharrona’; o encarnando la ‘Vaca Cachana’, en el ‘Carnaval Jurdanu’. Destacó Juan que José María Domínguez se erigía, sin lugar a dudas, en uno de los principales folkloristas extremeños, dadas sus muchas investigaciones y publicaciones.
‘DÍAS DE CUENTOS EN AHIGAL’
Bajo tal epígrafe se encuadran estas jornadas que se han estirado para cubrir también los días 5 y 6 del presente mes de agosto. A tales efectos, esgrimió la palabra otro buen amigo: Pep Bruno Galán, catalán de Barcelona, filólogo y persona muy conocida en los orbes de la literatura infantil y en los cuentos de tradición oral. Ha publicado diversos libros y ha obtenido varios premios y otras distinciones. En su papel de cuentacuentos, ha viajado por Iberoamérica, África y Europa. Su compañera es Mariaje Paniagua, hija del pueblo de Ahigal. Pep nos relata que la presentación del libro ‘Los Tesoros en Extremadura’ se inserta en la 8ª edición de ‘Días de Cuentos en Ahigal’, cuyo patrocinio corre a cargo del Ayuntamiento de Ahigal y del Ministerio de Cultura.

En la jornada del lunes, estuve presente Patricia McGill, de origen paraguayo, pero afincada en Lérida. Esta narradora, dada su larga estancia en Suecia y bajo el lema de “Cuentos erráticos”, desgranó un puñado de picantes y jocosos cuentos de la tradición oral sueca, lo que suscitó, hablando en plata, el descojone del mucho público asistente. El martes y el miércoles, se dieron cita en el mismo lugar los narradores Aldo Méndez, un cubano residente en Santander y Paula Mandarina, malagueña, pero vecina de Almería. Siguiendo en la línea de homenaje a José María Domínguez Moreno, y de la mano de Mariaje Paniagua y Pep Bruno, entraron en danza los denominados ‘Cuentos en el ambigú’, cimentados sobre la colecta cuentística llevada a cabo entre los vecinos de Ahigal; haciendo hincapié en relatos cortos y dotados de cierta gracia o misterio, a fin de narrarlos, como aperitivo, a la entrada del salón de actos.
En estas jornadas, han estado presente las dos hijas de José María Domínguez Moreno, María y Ana; así como su compañera, Justa Paniagua Cáceres.