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Antonio, el ‘crack’ de la batería de Conquista

10 enero 2021
Antonio, el 'crack' de la batería de Conquista
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Antonio, el ‘crack’ de la batería de Conquista

«Kiko, ¿tú estás nervioso?». Era la pregunta que le hizo Antonio Rodríguez a su hermano, antes de comenzar a tocar. Una vez sentado y con sus baquetas en mano, fue todo concentración. La música fluyó. Junto a este batería, se unieron otros músicos, entre ellos algunos familiares, para hacer un recital. Lo que iba a ser un concierto de principio de año en ‘El Parador’ de Conquista de la Sierra, se tuvo que transformar en una grabación sin público por la covid. Ahora se está montando.

Esa fue una de las últimas demostraciones de Antonio, de 53 años, natural de esta pequeña población de la comarca de Trujillo, con su instrumento favorito, como es esa batería. La última se la hizo a HOY, hace unos días, en su lugar de ensayo, una casa antigua al lado de su hogar. Su cara sonriente delataba cierto nerviosismo e inquietud, que desaparecieron una vez comenzó a sonar la música.

Antonio el ‘crack’ de la batería de Conquista

Con una discapacidad intelectual y con problemas de audición, quienes han visto tocar a Antonio aseguran que posee un don. Tiene la capacidad de interpretar con precisión temas desde Medina Azahara, hasta Pink Floyd, pasando Mike Oldfield o el Dúo Dinámico.

Esa virtud no es nada nueva para las personas cercanas a ‘Rodri’, como le llaman en el centro de Trujillo de Aspace Cáceres, a donde va cada mañana siempre dispuesto. Allí participa en el taller de carpintería, además de colaborar en otras tareas, con su carácter afable. «Nunca le hemos visto enfadado», resaltan algunos allegados.

Desde pequeño ha sido un aficionado a la música. Tiene numerosas cintas de cassettes, discos de vinilo y CDs con canciones variadas, desde temas del verano hasta grupos de rock, que los ha escuchado una y otra vez.

Inicios

Su hermano Juan Francisco, más conocido como Kiko, recuerda que, en los tradicionales guateques de antaño, era el encargado de poner la música en el tocadiscos. Detalla también que siempre tenía dos palos, primero y dos baquetas, después, para hacer música, sin que nadie le enseñase. Una de las imágenes de Antonio que guarda su sobrino Miguel Ángel es tocando sobre las cajas de cerveza. «Cogía el ritmo rápidamente», señalan estos dos familiares, que también son aficionados a la música. Antonio el ‘crack’ de la batería de Conquista

Este ‘músico’, muy querido en su pueblo, tiene otros tres hermanos. Su padre tenía una taberna. Entre otras tareas, ayudaba a repartir los aperitivos entre la clientela. También se encargaba del ganado, con unas cuantas vacas. Sin embargo, cuando llegaban las fiestas, se ‘perdía’ siempre al lado de la verbena escuchando horas y horas las diferentes orquestas. Además, ha participado durante años con el tambor en los cabezudos, interpretando su propio ritmo que ya ha quedado para la posteridad.

Una de sus mayores sorpresas en este último tiempo llegó en Reyes, hace cuatro años. Su hermano explica que, un tiempo antes, le preguntó a un compañero del grupo motero Turgalium, al que pertenece, cómo podía conseguir una batería para Antonio. Para la sorpresa de toda la familia, el 4 de enero se presentó con una. «La batería se la regalo yo», le apostillo el compañero. El día de Reyes ‘Rodri’ recibió ese preciado regalo, con el que se entremezcló la cara de sorpresa, entusiasmo y emoción. Por fin, podía dar riendas sueltas a ese don.

Ensayos

A partir de ahí, ensaya todos los días y todo lo que puede o lo que le deja su madre, con quien vive. «La batería está en una casa antigua y no queremos molestar a los vecinos». En ese primer año con este característico instrumento, le vio un profesor de música y aseguró: «Antonio lleva el ritmo dentro, de manera natural», según apunta su sobrino.

Aunque ha sido autodidacta, hace unos meses, ese mismo profesor de música, Javier Teijón, con raíces en Conquista de la Sierra, se asentó durante un tiempo en esta población de 185 habitantes, dando la posibilidad de impartir clases de batería. Fue la combinación perfecta. Tras el confinamiento, los dos hermanos se apuntaron. Participaron en diez sesiones. Teijón resalta la motivación y la actitud de Antonio. «Llegaba quince minutos antes y a veces, hasta una hora». Considera que tan solo le ha ayudado a pulir algunos aspectos, porque ese don lo lleva dentro. Asimismo, pone de manifiesto su gusto musical. Su aprendizaje ha sido a través de la imitación, aunque luego lo adaptaba a su forma. «Es un crack», sentencia.

Esas clases derivaron al final en la posibilidad de hacer un concierto, que se ha tenido que aplazar por culpa de la crisis sanitaria. No obstante, decidieron hacer la grabación. Participaron sus hermanos Kiko y Mari Carmen, además de su sobrino Miguel Ángel y otros músicos y cantantes. Como el resultado ha gustado, la intención es continuar este trabajo. Y es que, gracias al entusiasmo de Antonio, «nos está picando el gusanillo otra vez», sentencia su sobrino.

Más allá de la música, Antonio no se olvida de cuidar de sus gallinas, para no perder esa tradición de antaño. También ha ejercido de monaguillo desde siempre, recuerda su cuñada.

Fuente* Hoy.es

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